sin título 3 - junio 2016
Entre tantas palabras que borré hoy, en el intento de un texto fluido o simplemente algún párrafo sin balbucear, me encontré a mí misma dando cátedra sobre amor; miré hacia el frente y me vi tratando de explicar cómo ser feliz.
Y la honestidad me absorbió, de un tirón. No hay manera de que yo pueda enseñarle a alguien más algo que yo no puedo alcanzar, algo que imagino y apenas reconozco. En mis mayores momentos de lucidez pude dar cuenta de ciertas cosas, como que quien no tiene puede ser desdichado pero más desdichado será el que tenga y no sepa valorar. ¿El valor de las cosas hace a las cosas? No, pero las cosas te pueden dar alegría si las sabés apreciar.
Al fin y al cabo, qué hace a las cosas sino nosotros? ¿Y qué nos hace a nosotros sino la forma en que nos llegamos a estimar?
Hoy sólo llego a formular preguntas, quizás mañana haya respuestas.
Y la honestidad me absorbió, de un tirón. No hay manera de que yo pueda enseñarle a alguien más algo que yo no puedo alcanzar, algo que imagino y apenas reconozco. En mis mayores momentos de lucidez pude dar cuenta de ciertas cosas, como que quien no tiene puede ser desdichado pero más desdichado será el que tenga y no sepa valorar. ¿El valor de las cosas hace a las cosas? No, pero las cosas te pueden dar alegría si las sabés apreciar.
Al fin y al cabo, qué hace a las cosas sino nosotros? ¿Y qué nos hace a nosotros sino la forma en que nos llegamos a estimar?
Hoy sólo llego a formular preguntas, quizás mañana haya respuestas.