sin título - junio 2016
Siempre llega un momento en el que todo se enmaraña y pierde sentido, las cosas se mezclan y los conceptos se diluyen. ¿A dónde estoy mirando? ¿Y por qué? ¿Cómo es que llegamos a esto? ¿Cómo es que siempre llego a la misma conclusión? Y la distancia se proclama solución, la desaparición, la transparencia, el no existir. Si sólo fuera tan fácil como decidir dejar de estar aquí, dejar de ser esto, dejar de ser.
Me parece curioso, sin duda no entiendo la manera en que todo se revuelve. Nada se resuelve. El tiempo y la vida, los cuerpos, los sentimientos, todo esto que sale a la luz. Como el sol cuando aparece en el horizonte, él no sabe que está empezando un nuevo día, sólo está ahi y vive; quema y da luz. Él no sabe pero yo sí, yo todos los días lo sé: está empezando un nuevo día y ojalá, por todo lo que hemos vivido, ojalá realmente sea nuevo y no un poco más de lo que ya vimos. Ojalá.