fotografía

 Acaricié la foto, tan vívida y llena de recuerdos. Lo curioso de la fotografía es cómo guarda tanta vida en tan sólo.. papel. Creo que es una característica del arte, en sí: transmitir lo que alguna vez pasó por nuestra piel para que el otro sea capaz de comprender (quizás sólo hasta cierto punto) todas esas sensaciones. El arte es vida.
 Así es que procedí a acariciarte, a acariciar el reflejo de mi idea; porque a veces los recuerdos son eso también: lo que pensamos que hemos vivido, y no lo que vivimos realmente. Quizás tu sonrisa no era tan espectacular, ni tus manos tan tiernas, ni tu cintura tan extraordinaria; pero en mi recuerdo.. ¡vale la pena tanto garabato mental!
- Abrazame, por favor te lo pido -me rogaste desde aquella ventana al olvido.
- ¿cómo puedo recordarte con tanto cariño?
 Y mis ojos se apagaban, así que no te miré más. Te dejé sobre el escritorio, como si fueras tan sólo un papel, el olvido en un papel, el amor en un papel. Y me fui, te dejé tranquila para que siguieras tu vida de fotografía y así poder con mi vida mediocre de persona común y destruida. Más tarde aquel día te miraría de reojo y fingiría no reconocer esa mueca de amor, falso amor, retratada tan hábilmente.