Atormento
Hoy el día es gris
y, sinceramente,
me siento desdichada.
Creo que me sienta bien
el término desgraciada
si me caracteriza
el moverme sin gracia.
Quizás no es el día
y tan sólo sea yo
quitándome ese peso
de sentirme tan feliz
cuando no.
A veces los hombros pesan
y se me cae la mochila
todos los papeles vuelan
y las ideas no hacen más
que revolotear, sin final
sin gracia alguna
como pequeñas desgraciadas.
Tal vez sea que debo admitir
lo que ya todos sabemos:
hay personas tristes
y personas con tristeza.
Soy más la primera que
la segunda, pero la segunda
siempre está.
y, sinceramente,
me siento desdichada.
Creo que me sienta bien
el término desgraciada
si me caracteriza
el moverme sin gracia.
Quizás no es el día
y tan sólo sea yo
quitándome ese peso
de sentirme tan feliz
cuando no.
A veces los hombros pesan
y se me cae la mochila
todos los papeles vuelan
y las ideas no hacen más
que revolotear, sin final
sin gracia alguna
como pequeñas desgraciadas.
Tal vez sea que debo admitir
lo que ya todos sabemos:
hay personas tristes
y personas con tristeza.
Soy más la primera que
la segunda, pero la segunda
siempre está.