quién sabrá
entre tanto, quizás nos aproximemos un poco a la sombra de lo solitario, a hacernos compañeros o compañía, hacia tu gracia y la mía, quizás con un poco de recelo, nunca en vano siempre altanero; quizás nos encontremos a la risa del atardecer y nos saludemos con la mano, quizás con un beso, quizás con varios. será tal vez entonces cuando nos digamos al fin, cuando digamos un sin fin de estupideces como quienes saben que dicen tonterías pero no paran de decirlas, por qué pues es simple quien no dice tonterías no habla y nosotros dos queremos hablar. no para hablar sino para acompañar, para conocer, para no escatimar, para entender y apreciar, para subestimar el tiempo de soledad, para pensar que estamos mejor juntos y no lejanos porque aunque bien sabemos que es mentira así lo adoramos.
cada tanto nos encontramos tan cercanos que da gracia. da miedo.
cada tanto nos encontramos tan cercanos que da gracia. da miedo.