sin título
Te diste vuelta sin un mísero adiós y me dejaste sin habla, solitaria allí parada. Fue entonces que escupí mi rabia hacia vos, todo el asco que habías creado. Indirectamente, sin duda; mi asco fue el reflejo de tus buenas jugadas. Te retiraste con descaro, derrotada pero con una mueca graciosa de quien se sabe vengadora: "voy a volver por lo poco que dejé" me dijiste enmudecida.
En algún punto, no te permití que te llevaras nada más. Me lo guardé todo: la lástima y el asco, por mí y por vos. Me sumí en mi debilidad, más vulnerable que nunca; más lejana que siempre. Y así me reconstruí, tan de cero como me fue posible. Ya no era yo. Vos seguís siendo vos.
En algún punto, no te permití que te llevaras nada más. Me lo guardé todo: la lástima y el asco, por mí y por vos. Me sumí en mi debilidad, más vulnerable que nunca; más lejana que siempre. Y así me reconstruí, tan de cero como me fue posible. Ya no era yo. Vos seguís siendo vos.