epifanía sinsentido al son del silencio.
de tanto en tanto me gusta pensar que la mente no es algo momentáneo, que nuestra cabeza es como una caja infinita donde todo lo que pasa por los ojos queda guardado, cada sonido se vuelve recuerdo y cada fragancia es una fotografía en el fondo que vuela hacia arriba cuando una brisa la trae. me gusta, también, pensar que todo lo que hacemos está relacionado.
y es así que lo pienso y revuelvo mi cajita para que todo se acomode de una vez, pero las cosas se desordenan y encuentro recuerdos que había olvidado, encuentro cosas nuevas que quizá no recordaba. es entonces que todo me viene a la mente y no puedo evitar preguntarme: ¿cómo fui capaz de olvidar todas estas cosas si aún las pienso y reviven? su resurrección me aviva a mí también y llego a la conclusión de que no estaba todo tan muerto como alguna vez quise pensar, o pensé. así me conozco, revuelvo otra vez mi caja y me reconozco, me saludo y me sonrío. o quizás me lloro, un rato también, porque a veces es lindo. me sumerjo en un mar de preguntas y me encuentro con otra personita, porque siempre somos varios: el que somos, el que nos gustaría ser, el que creemos que somos, el que hacemos creer que somos y así, muchos nosotros. somos varios, sin duda.
también creo que cada persona nos moldea un poco y de alguna manera no volví a ser el yo que era después de conocerte. después de abrazarte. después de tu tacto ya no fui nada, o quizá por eso no recuerdo tanto, será que lo borré de mí. recuerdo entonces tu tacto, mi llanto, recuerdo eso y se desvanece el resto.
lo triste no me gusta.
lo triste trato de olvidarlo.
sin embargo vos me gustás, sin embargo no te puedo olvidar.
¿te veo como mi reflejo? ¿sos esto o esto es otro yo? ¿qué es esto?
me arriesgo a tocarte otra vez, qué interesante como el espejo es tan frío al tacto pero me quema la piel. el hielo quema, también. no hay duda de que los extremos existen y a la vez no, quizás sea que todo gira en torno a un punto medio que nunca vamos a conocer. no puedo escuchar música mientras escribo esto porque, ciertamente, todo lo que entre en mi caja me distrae y me impide purificar lo que estoy pensando. quién dice purificar si en realidad esto es una baraja de cartas en blanco. quien entienda que alce la mano, sin miedo por favor. ya no hay más espacio para el miedo en esta vida ni en ninguna. me gustaría.
y es así que lo pienso y revuelvo mi cajita para que todo se acomode de una vez, pero las cosas se desordenan y encuentro recuerdos que había olvidado, encuentro cosas nuevas que quizá no recordaba. es entonces que todo me viene a la mente y no puedo evitar preguntarme: ¿cómo fui capaz de olvidar todas estas cosas si aún las pienso y reviven? su resurrección me aviva a mí también y llego a la conclusión de que no estaba todo tan muerto como alguna vez quise pensar, o pensé. así me conozco, revuelvo otra vez mi caja y me reconozco, me saludo y me sonrío. o quizás me lloro, un rato también, porque a veces es lindo. me sumerjo en un mar de preguntas y me encuentro con otra personita, porque siempre somos varios: el que somos, el que nos gustaría ser, el que creemos que somos, el que hacemos creer que somos y así, muchos nosotros. somos varios, sin duda.
también creo que cada persona nos moldea un poco y de alguna manera no volví a ser el yo que era después de conocerte. después de abrazarte. después de tu tacto ya no fui nada, o quizá por eso no recuerdo tanto, será que lo borré de mí. recuerdo entonces tu tacto, mi llanto, recuerdo eso y se desvanece el resto.
lo triste no me gusta.
lo triste trato de olvidarlo.
sin embargo vos me gustás, sin embargo no te puedo olvidar.
¿te veo como mi reflejo? ¿sos esto o esto es otro yo? ¿qué es esto?
me arriesgo a tocarte otra vez, qué interesante como el espejo es tan frío al tacto pero me quema la piel. el hielo quema, también. no hay duda de que los extremos existen y a la vez no, quizás sea que todo gira en torno a un punto medio que nunca vamos a conocer. no puedo escuchar música mientras escribo esto porque, ciertamente, todo lo que entre en mi caja me distrae y me impide purificar lo que estoy pensando. quién dice purificar si en realidad esto es una baraja de cartas en blanco. quien entienda que alce la mano, sin miedo por favor. ya no hay más espacio para el miedo en esta vida ni en ninguna. me gustaría.